SEGUIMOS
SIENDO LOS MISMOS ...
Han pasado más de cincuenta años del momento en que transpusimos por
última vez como alumnos la puerta principal de nuestro glorioso plantel.
Adentro quedaba, mirando la puerta de entrada, el busto señero de
Leoncio Prado, custodiado por un soldado en actitud vigilante.
Pero sobre todas las cosas quedaba en el ambiente generoso de los
plácidos claustros santuarios nuestras vidas, las vivencias que crecieron con
nuestra pubertad y nuestra adolescencia, para ponernos ad portas a la vida.
Sí, listos para enfrentarnos a la búsqueda de nuestro destino, a tratar
de hallar una luz en el horizonte para encontrar el camino, esa ruta por la que
habrían de transcurrir nuestros pasos, llegando hasta hoy aun cuando ya muchos
marcharon a la morada del silencio,
dejando el recuerdo de sus nombres, de sus figuras, de sus gestos, de
sus voces, de aquello que ellos supieron dar vida.
La vida generosa nos ha permitido llegar a estar aun, nos encontramos
los unos nos encontramos los otros, y al unirnos en la palabra afectiva, porque
no tenemos otra forma de comunicarnos cuando hay en nuestros pechos un afecto
que espera, el abrazo vigoroso y sincero nos hace volver a los años atrás.
No es posible encontrarnos con todos, tampoco saber de ellos y también
nos extrañaran como nosotros los extrañamos,
pero siempre nos buscamos donde estemos.
Los más residen en Huánuco, la mayoría de los egresados de nuestra
promoción fueron alumnos de la naciente Universidad “Hermilio Valdizán” y de la
Escuela Normal “Marcos Durán Martel”,
otro grupo importante consolidó su vida en nuestra ciudad.
Pero aun así, distantes físicamente en unos casos, encontramos que todos
los días y todas las horas son buenas para el reencuentro. Nunca sabemos que a
la vuelta de una esquina aparecerá un rostro en el que fijaremos la mirada
mientras él hace lo mismo con nosotros.
Pero esta noche tiene una connotación especial para ese instante, es 23
de mayo, hoy es la víspera del día del colegio. Dentro de unos minutos se
estará cantando la serenata en la puerta del plantel. Se prenderá el castillo
de fuegos artificiales y las luces se desparramarán acompañadas del estridente
reventar de cohetes.
Esta noche empiezan los festejos, mas nosotros lejos de la tierra
bendita, todos los días, retornamos la mirada al colegio donde hay mucho más
que recuerdos.
La gran mayoría se quedó en Huánuco, nosotros los que estamos acá en
Lima y nos encontramos nos reunimos y vamos atando los cabos de nuestras
historias.
Hoy estamos el Chino Mainardo, Pedro Bazán, Papi Tello, Antonio Gabancho y Pedro Lovatón; también solemos reunirnos con Shapra
Follegatti, Chiqui Castillo, Senén Contreras, Marcos Visag; Mañuco Robles,
Pablo Tello, Toroco Torres, Raúl Fernández a veces también con Jorge Maynetto, Néyer Figueroa, Adolfo Egoávil, Edgard Sánchez Peña, para comernos un
picante de cuy, tomar unos tragos, bailar nuestros huaynos, zapatear con
“Melodía Huanuqueña” y de vez en cuando jugar a tener dieciocho años, sintiendo
que no es tanta el agua que ha pasado bajo el puente.
Tratamos de comunicarnos con otros compañeros que están en Lima como
Hugo Becerra, Mario Huapalla, Shapaco Livia, Juan Rojas Falcón, Shanti Lazo, Antonio
Zevallos, Natalio Ortiz. A veces nos encontramos de manera casual con
Chuto Robles, Carmelo Pancorbo, Vicky Mares, generalmente en el Club Huánuco.
En una oportunidad nos encontramos en la casa de Senén Contreras con Raúl
Atencia quien nos notició de su hermano Rafael.
Sabemos que Belsuzarri reside en Pisco, su sobrino se reúne con
nosotros, Agustín Rubina vive en La Unión, Guillermo Cabrera en Chiclayo, Elías
del Carpio en Pachas, Teófanes Pérez en Chanchamayo. Hay otros que sabemos que están en Lima y no
los ubicamos como Nilo Talavera, Carlos Navarro. Desde acá me comunico a
Huánuco con alguna frecuencia con Guido Cabrera, Moisés Figueroa, Alejandro Tello, Eladio Estela.
Cada viaje que hace Senén Contreras a Huánuco nos trae fotografías de
la promoción, generalmente con motivo del árbol de carnaval o el aniversario
del colegio, ahí están siempre presentes el Beto Lara, Troyano Martel, Vladico
López, Novato Soto, Eladio Estela, Oscar
Chacón, Shapshi Azañedo, José Cervantes,
Jorge Fernández.
Entre muchos que tratamos de localizar está Edilberto Westreicher Saldani.
Hay otros que ya se marcharon dejándonos la huella de su paso terrenal
y su imborrable imagen, ahí están Tito
Jaime Fernández, Lucho Pedraza Sánchez, Merengue Carlos Rojas Sandoval, Julio “Mac
Clean” Huamán Montaldo, Roque Fernández Castañón, César Valencia Vélez de Villa,
Guido Cornejo Takase y algunos más cuya ausencia definitiva no la
conocemos.
Así nos reunimos en Huánuco o en Lima, posiblemente también en otros
lugares, donde haya un grupo de leonciopradinos existe una comunidad, hay un
afán de búsqueda permanente y de alegría
cuando encontramos a un compañero del que no sabíamos.
Y comprobamos que más allá del pelo plateado y las arrugas del rostro,
seguimos siendo los mismos porque no tenemos el corazón envejecido, por eso
seguimos queriéndonos de la misma manera como cuando transcurrían nuestras
horas estudiantiles.
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