viernes, 9 de mayo de 2014




HUIQUI EL DUEÑO DEL BOMBO


Hay personajes en el colegio que tienen una singularidad inalienable, sea por la función que desempeñan o por sus características personales, en el presente caso es por las dos cosas.

El tocar el bombo en la banda de músicos constituye una importante responsabilidad en el éxito de la marcha, cada golpe marca el paso del pie izquierdo y de esta manera el adecuado e invariable compás del desfile.

Este hecho de por sí hace que quien toque el bombo sea conocido por todos los alumnos del colegio.

En los años cincuenta, cuando cursaba estudios primarios, quienes tocaban el bombo eran Hugo Beraún Zevallos y Julio Fernández Solórzano, con el correr de los años iba observando que quien tenía esta responsabilidad generalmente era una persona robusta de recia contextura física.

Así cuando estábamos en el tercero de secundaria el que tocaba el bombo era Pando, alumno del quinto.

Como ven el llamado “bombero” era un personaje fácilmente identificable por todos, pero “Huiqui” no necesitaba de esto para ser popular, le bastaban sus dotes de futbolista, su carácter afable y pícaro, además de haber compartido aulas con gran parte de los alumnos de años superiores.

Estando en días previos al entonces Desfile Pre Militar del 27 de Julio, se realizó un ensayo general en la Plaza de Armas, era nuestro Instructor un maduro sub oficial  apodado “Shambuyacu” . Cumplido el ensayo, parece que el veterano militar no quedó conforme con el desempeño de los brigadieres y luego de retornar los batallones al colegio, regresó con los dueños de los bastones a la Plaza de Armas, lógicamente también tenía que volver la banda de músicos, que lo hizo con evidente desagrado.

Ahí en el jirón Dos de Mayo se emplazaron los brigadieres encabezados por el Brigadier General el robusto Adolfo Adalberto Lara Estrada, la banda también había tomado su ubicación consabida junto al entonces Hotel “La Nueva Era”, al mando del maestro Pedro Magro Zapata y del corneta mayor Hugo Becerra Ruiz iniciaron a tocar la marcha de “Los Peruanos Pasan”.

Avanzaron marchando los brigadieres unos metros y cuando se aprestaban a realizar el primer saludo, de pronto surgió algo imprevisto, el bombo ya no marcaba el compás para el pie izquierdo sino “Huiqui” y los tamborileros habían empezado  a tocar un ritmo de huaino. El “gordo”  Lara y sus dirigidos no sabían que hacer, si seguir marchando o ponerse a zapatear.

“Huiqui” Bernal nos marcó el paso los dos últimos años de nuestros estudios secundarios y  nos dio la despedida cuando por última vez marchamos como alumnos en el colegio, mientras él continuaría tocando el bombo un año más.









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